La Iglesia
Católica celebra mañana la festividad de la Purificación de Maria, o dicho de
otro modo, la presentación del Niño Jesús, en el templo. Es decir, la fecha de
la circuncisión, según la costumbre judía. Si tenemos en cuenta que desde el
día de Nochebuena en que nació Jesús, al 2 de febrero, han transcurrido 40
días, comprenderemos la costumbre de antaño, en la que las mujeres parían,
guardaban lo que se llamaba “la cuarentena”y, hasta esa fecha, no salían a la
calle, ni ella, ni el bebé.
Por esta razón-por lo de la Purificación-se sigue conservando la tradición de presentar los niños en las iglesias. En Alicante, por ejemplo, es la concatedral de San Nicolás, la que ha mantenido esta costumbre y, a través de la Archicofradía de la Virgen del Remedio, celebra el acto de la presentación a la patrona de Alicante a todos los niños y niñas nacidos durante el periodo del 2 de febrero del pasado año a éste. Se celebra una procesión por el interior del templo y se distribuyen velas finas, de varios colores, que se regalan a las madres.
Estas
velas, siempre según la tradición, se encendían en los domicilios cuando se
desencadenaba una tormenta, ya fuera de agua, nieve o viento. Como quiera que
en la parte de Andalucía, sobre todo y en algunos de otros puntos de España, a
las velas, al igual que al fuego y todo lo que produce llama, se le conoce como
“candela”, de ahí que en la fecha indicada de la Purificación de Nuestra
Señora, al haber tantas velas encendidas en el templo, se denomine la escena
“día de la candelaria”.
Hace mucho
tiempo el ciclo de la Navidad se iniciaba con la Purísima Concepción y se
prolongaba hasta el 2 de Febrero, en que se entonaban los últimos villancicos
frente al pesebre y se degustaban las pastas y el turrón sobrantes.
En nuestra
tierra tiene tanto arraigo que hasta nuestros abuelos tenían refranes que
identificaban y acomodaban esta fecha con la floración de los almendros. Y para
muestra, un botón: ”Si en la Candelaria flora, l´ivern está fora y si plou, ni
dins ni fora”.