POR FIN LLEGO EL OTOÑO
Una vez pasado el verano, ese
periodo del calendario tan deseado por muchas personas, con días de
calor, de tardes interminables y noches de fiesta, de vacaciones y aperitivos,
en las terrazas de la playa o la ciudad.
Llega por fin el otoño, se
hace tangible el frescor matutino, la monotonía del trabajo diario ha
comenzado, los días son más cortos, sobre todo por las
mañanas, cuando el sol todavía duerme y por las tardes cuando se
retira muy temprano para descansar, dejando a la noche como dueña y
señora de la jornada. Las lluvias harán su aparición y la madre
tierra quedara humedecida, con esas
gotas que caen del cielo, como el maná deseado.
La melancolía se hace
patente en muchas personas, hasta los árboles se despojan de sus hojas,
haciéndonos creer que están tristes, aunque este acontecimiento,
también tiene su propio encanto.
En estos meses de
paréntesis, entre el verano e invierno, los humanos se adaptan a este
cambio climatológico y de mentalidad. La bendita cotidianidad se ha
apoderado de nosotros, el trabajo, la obligación diaria. Queda poco
tiempo para el descanso, el estrés esta ganando la partida otra vez,
pero no importa, ya llegaran los fines de semana, para divertirse y descansar.
Pero el otoño es más
que todo eso, es un periodo de tiempo que a las personas agrada por muchas
razones. Desaparece por fin, esa sensación agobiante de calor, se puede
pasear por plazas y jardines a primeras horas de la tarde, sin que el sol nos
obligue a desistir de este empeño, por las noches se duerme mejor, sobre
todo aquellos mortales, que no tienen la fortuna de poseer aire acondicionado,
en sus casas.
Los comercios cambian sus escaparates,
dándoles otro ambiente, color y estilo, se inicia una nueva temporada,
desaparecen de la vista del observador cliente, los trajes de baño, las
blusas, los pantalones cortos, resurgiendo con fuerza, los trajes,
jerséis de lana, abrigos, guantes, etcétera.
Alicante ciudad mediterránea
por excelencia, con su clima privilegiado y envidiable, provoca que el
otoño, pase en muchas ocasiones desapercibido, como estación
intermedia, ya que la indumentaria de sus habitantes, varia en pocos días, de vestir con manga
corta y atuendo veraniego, a ir con ropas de invierno, bufanda incluida, para
aquellas personas más sensibles y que no soportan el frió.
Por eso, la estación de la
caída de la hoja y las noches interminables, hay que disfrutarla de
igual forma, que el resto de ciclos climatológicos del año,
siendo el otoño, el que nos prepara y mentaliza, para iniciar con
entusiasmo y alegría, el largo invierno.
PUBLICADO EN LAS PROVINCIAS
28/09/2003