LA FLOR
DE LA FIESTA
Un año más justo a la cita, la
vecina población de San Vicente del Raspeig, celebra en este caluroso mes de
Julio, las fiestas de
hogueras, la urbe esta engalanada con sus mejores y más suntuosas galas, el
alumbrado extraordinario instalado para que luzca en estas noches de alegría y
desenfreno popular, el ambiente se hace denso, se puede percibir la ilusión de
todo un pueblo, por esos días que se avecinan.
Sus nueve comisiones fogueriles,
ultimando todos los detalles aun ritmo frenético, para que todo salga perfecto,
sin improvisaciones de última hora.
Amanece el día, los monumentos
plantados en sus respectivos distritos, altivos, erguidos y orgullosos de lo
que representan, para los sanvicenteros y sanvicenteras, que conmemoran este
acontecimiento anual y junto, con las fiestas de moros y cristianos,
confeccionan un mosaico festero, que les hace únicos y distintos en la
comunidad.
La fiesta del fuego, tiene como
principal protagonista a la mujer sanvicentera, flor preciada de la creación,
ataviada con ese traje de novia, bella, esultante, dando lo mejor de sí misma,
en todos los actos y representaciones protocolarias, que componen este evento,
con el orgullo y satisfacción, de representar al pueblo que la ha visto nacer.
Un elemento imprescindible de la fiesta, es la
pólvora, atronadora y bella protagonista, en sus distintas formas de expresión
y manifestación, cohetes, mascletas, petardos, fuegos artificiales y todo tipo
de artilugios pirotécnicos.
Esta celebración tiene distintos y
variados actos, siendo todos muy bonitos, pero uno de los que sobresalen por su
espiritualidad y devoción, es la ofrenda de flores a la Virgen del Carmen, la
marinera, protectora junto a San Vicente Ferrer, de esta población, a la cual
se le rinde culto, con este acto solemne.
La bellea
del foc con sus damas, comisiones fogueriles y todas las personas que
participan activamente, para que esta festividad, concentre cada año las
ilusiones de todo un pueblo, que camina hacia el progreso y bienestar de todos
su habitantes, siendo estos días la ciudad muy hospitalaria y abierta a todas
las personas, que quieran vivir in situ, sus fiestas de hogueras 2003.
Llegara el día de la crema y como
en la noche mágica de San Juan, los monumentos de cartón piedra, creados por
las manos del artista, arderán con la llama sagrada que todo lo purifica,
desapareciendo por completo, como si no hubieran existido y los sanvicenteros y
sanvicenteras, conservaran en sus almas, esa tradición heredada de sus mayores
y que año tras año, la ponen en practica, con la misma fuerza y entusiasmo de
sus ancestros.
PUBLICADO EN LAS PROVINCIAS
22/07/2003