Alicante empieza a respirar ese aire denso de
alegría, de ilusión festera, las calles
de la ciudad se visten de gala, con sus arcos de luz, sus banderitas, ya
empieza el uso de la pólvora, con sus monumentales mascletas, los espléndidos
desfiles, llenos de vistosidad, luz y alegría, las hogueras, renacen de nuevo,
van a ser, otro año más, las protagonistas de nuestras vidas, de nuestras
vivencias, de nuestra tradición, de nuestro arraigo, en esta tierra
Mediterránea.
Y sobre todo ya se acerca, la Noche de San Juan, esa noche mágica, que
todos queremos que llegue y que no termine,
esa noche de brujas, de ese magnetismo que nos atrae, a todos los
habitantes de la ciudad, esa noche que va a poner el broche de oro a nuestras
hogueras, a estas Fiestas que tanto amamos y a las que tantas
personas se entregan durante todo el
año, para que tengan reconocimiento internacional, ganado a pulso, tras años de
esfuerzo y sacrificio y que se va superando, día a día, año tras año.
Después de varios días de desfiles, de estar la ciudad totalmente
colapsada, por los monumentos fogueriles, las barracas, los racos de cada
Hoguera, ambiente festivo que se respira por todos los rincones de Alicante,
calles cerradas al trafico, autobuses urbanos desviados.
La mujer, bellísima como siempre y sobre todo con su
traje de novia alicantina, esultante, amante incondicional, de esta fiesta que
llevamos tan dentro de nuestro ser, los nacidos en esta ciudad y los residentes
desde hace muchos años en Alicante, que sienten las Hogueras como algo suyo,
que les embriagó, desde que viven en nuestra ciudad.
Por lo tanto la Noche del Fuego, la Noche de las Brujas, la Noche de lo
Espiritual, el fuego que purifica, el fuego como símbolo supremo de nuestra
Fiesta, el fuego como espíritu de todo un pueblo, nuestro Alicante, ciudad
Mediterránea por excelencia, ciudad ventana al mar, ciudad turística, ciudad de
una gastronomía excelente, ciudad cuyos habitantes reflejan con sus Hogueras de
San Juan, su espíritu de cordialidad, trabajo y buen hacer, no solo en sus
Fiestas, sino en el día a día.
Alicante es una ciudad que es modelo de convivencia y en estas Hogueras
de San Juan 2002, vamos a demostrar como siempre, al resto del mundo, que las
personas que formamos esta bella ciudad, estamos dispuestos a vivir nuestra
fiesta, colaborando todos como si de una piña se tratara, para que salga todo
bien, con este espíritu que nos caracteriza, amor a la Fiesta y sobre todo amor
a nuestra tierra.
Y en la Noche de San Juan, nuestras Hogueras serán presas del Fuego y
todos nos pondremos un poco tristes, porque nuestra Fiesta ha terminado este
año, pero enseguida reaccionaremos, pensando que hay que empezar a preparar,
las Hogueras del año venidero, que tienen que ser todavía mejores y más
espectaculares.
Y con este pensamiento solo me queda desear que pasemos unas ¡Felices
Hogueras 2002!.
Publicado en las Provincias
19/06/2002