LA FERIA DE VILLENA

 

 

Estoy muchos años viviendo en Alicante, pero muchos recuerdos y pensamientos, me vienen y me van a la mente, en estos días próximos a la Festividad de Todos los Santos, que es cuando esta montada y en todo su apogeo la Feria de mi pueblo.

Recuerdo cuando yo tendría apenas unos cinco años y vivía en Villena, se instalaba la esperada Feria, que esta compuesta principalmente y mayoritariamente, por casetas y paradas, en las cuales se exponía al publico, para su venta, distintos productos, panchitos, papas, golosinas, pipas y sobre todo la parada del algodón de azúcar, que a los niños nos volvía locos. Después estaban las paradas o puestos, con todo tipo de juguetes, de aquella epoca, muñecas, coches, bicicletas, todos ellos, hechos a conciencia, con materiales fuertes, pues a los niños, nos tenían que durar sin romperse, por lo menos, un año, hasta que nos enferiaran otros, el próximo año, como diríamos en Villena, esos si que eran juguetes, recuerdo el camión de bomberos, que me regalaron mis abuelos de hojalata, que me duro, por lo menos diez años, menudo juguete, me dejo muy buen recuerdo.

Conforme fueron pasando los años, la Feria de Todos los Santos, fue ubicada en distintos puntos de la ciudad, en las Casicas de Llin, en el Paseo de Chapi, en las inmediaciones de la Plaza de Toros y la Constancia y ahora en los últimos años se ubica en el nuevo Mercado de Abastos, junto a la vía del ferrocarril.

Esta feria tiene mucha solera y tradición entre los Villeneros, la fecha de su instalación nunca a variado, lo que sí ha evolucionado en estos últimos cuarenta años. Antes había muchas casetas y puestos de venta, ahora quedan muy pocos. La feria se ha vuelto más tecnológica, muchas atracciones espectaculares, con mucha luz y colorido, el tío vivo, el látigo, la ola, el tren de la bruja, se ha sustituido, por otras atracciones mucho más sofisticadas, con nombres de infarto, el dragón, la nube, los Castillos de Terror, que hace que los niños, se lo piensen dos veces antes de entrar o subir.

Por lo tanto la Feria de Villena, sigue esperándose con mucha ilusión, ya que es una de nuestras tradiciones más arraigadas y durante más o menos treinta días, Villena tiene un punto de ocio y encuentro, entre sus ciudadanos. Una vez pasado este tiempo, los feriantes, recogerán todos sus puestos y chirimbolos, las atracciones serán desmontadas y se irán a otras poblaciones, a ganarse el pan nuestro de cada día y hasta el próximo año, en que Villena como siempre, los acogerá con los brazos abiertos, ya que desde hace muchos años representan parte importante de nuestras tradiciones y arraigos más profundos y nuestro pueblo, en estas fechas tan señaladas, de Todos los Santos, Villena y sus moradores sin su Feria, no seria Villena.

Fdo. Manuel Esteban Lozano