Es una fecha intima que provoca que nos comportemos de una forma
peculiar, comprendiendo mejor la carencia de buenas voluntades que tanta falta
hacen en el mundo de nuestros días.
Esta festividad tiene su lado
lúdico, las ciudades se embellecen con sus mejores galas, con alumbrados,
carteles de todo tipo con temas que
realzan estas fechas, las tiendas con sus escaparates a rebosar de genero,
preparadas para vender y atraer a los clientes potenciales, programas de televisión
atacando directamente a nuestras conciencias para que nos percatemos que hay
personas en este planeta pasando hambre
y todo tipo de penurias despojados de
todos sus derechos, ¡buen tiempo para recordarlos!.
La Navidad
de ahora, no tiene nada que ver con la de hace algunos años, no conocíamos a
Papa Noel, solo a los Reyes Magos, esos si que eran nuestros, por eso los niños
españoles de antes y los de ahora, son unos privilegiados, ya que sus
Majestades, traerán a los pequeños que
se hayan portado bien durante todo el año los regalos y juguetes, tan deseados
y en nochebuena se adelantara Papa Noel.
Ya llegara
la cuesta de enero y todos nos apretaremos el cinturón por el derroche
económico producido en el mes anterior.
Esta
conmemoración del nacimiento del Señor es algo más, es un periodo de unión y
reconciliación entre todos los hombres de buena voluntad, es un recordatorio a
la raza humana de que debemos vivir en paz, armonía y libertad.