COSER Y CANTAR

 

 

 

 

 

 

Para que nuestras fiestas de moros y cristianos puedan celebrarse, con el esplendor y la suntuosidad demostrada tras años de experiencia, además de todos los preparativos, que conllevan estos acontecimientos hay una trastienda, esa parte que se supone, pero no se ve, estamos hablando de la Industria que confecciona los trajes y ornamentos que servirán para hacer más verosímil  la representación de la reconquista, volviendo a los tiempos que se pretenden reproducir con todo tipo de detalles.

 

Vamos a centrarnos en la creación de los atuendos festeros, en los pueblos, donde se celebran estos eventos, hay profesionales dedicados exclusivamente a la  confección de estas prendas cosiendo sin descanso, para que se haga realidad una ilusión, que muchas personas llevan dentro de si, desfilar en su pueblo, con sus amigos, en la comparsa elegida, eso no importa lo verdaderamente relevante es participar, en este acontecimiento tan deseado.

Hay talleres dedicados exclusivamente a la fabricación de accesorios, para complementar a esas ropas medievales, las lanzas, las hachas, las espadas, los correajes, los manguitos, los cascos y sin obviar la fabricación del principal protagonista el trabuco o arcabuz, cuyo sonido ronco y potente se hará respetar como un líder, en las embajadas y alardos dándole  veracidad a la guerrilla de las huestes mora y cristiana.

 

En pueblos con solera reconocida en este tipo de celebraciones, las  comparsas tienen escuadras, que cambian de vestuario, rompiendo la monotonía de los colores que la identifican, en cada acto. Estas se han convertido en empresas cuya actividad es alquilar a otros participantes, esos trajes utilizados anteriormente, de esta forma pueden estrenar uno nuevo en cada ciclo.

 

Por lo tanto, para que nuestros ojos se deleiten y disfruten de esas demostraciones espectaculares de luz y color que nos dejan asombrados, cada vez que los admiramos como espectadores, detrás de todas estas celebraciones, existe una industria tradicional que da empleo a muchas personas, que han elegido esta profesión y que gracias a su buen hacer podemos sentirnos todos muy orgullosos cuando cada año, suene de nuevo la marcha mora, Chimo o el pasodoble Paquito el Chocolatero en esos desfiles, que hacen de estas representaciones unas de las más admiradas del mundo.   

 

PUBLICADO EN LAS PROVINCIAS 28/10/2002