La populosa barriada de San Blas, celebra en estos días
sus fiestas de moros y cristianos, cuya
tradición y solera son por todos reconocidas, ya que se conmemoran desde hace
60 años.
Ya están sus calles
engalanadas, el alumbrado preparado, el castillo plantado, todo a punto para que este barrio alicantino, se
convierta en un escenario medieval, donde se va a interpretar la reconquista
por los cristianos, de los territorios ocupados, por el moro invasor.
Todos los festeros tienen sus trajes planchados, la capa
sobre la cama, los accesorios preparados, los arcabuces engrasados y en
perfecto estado, para ser disparados y que se oiga su ronco y atronador sonido,
por los itinerarios tradicionales.
Estas fiestas, como todas las que se celebran en nuestra
provincia y comunidad, tienen sus propias características, que las hacen
peculiares y especiales, dentro del montaje espectacular y colorista que
conlleva la conmemoración, de este tipo de acontecimientos.
Es de sobresalir la participación de la mujer, en las 29 filas o
comparsas, moras y cristianas, que componen el mosaico festero, desfilando en
escuadras femeninas, formando parte de las directivas, poniendo su especial
sensualidad y broche de oro, en los desfiles del sábado y domingo, donde van ha
demostrar, su buen hacer y su amor a la fiesta, junto a los varones en la
entrada, los alardos, embajadas y actos religiosos, todos unidos como una piña,
para hacer de sus fiestas, unas de las más renombradas y famosas de la
provincia.
El barrio de San Blas, siempre ha sido identificado por la
ciudadanía por sus espectaculares fiestas y en este recién estrenado mes de
Junio, se van a vivir unas jornadas
llenas de entusiasmo, volviendo a sonar por sus calles las marchas moras y los
pasodobles, que entusiasman a las personas que aman la fiesta, provocando que
se unan, olvidando su cotidianidad y aunando sus esfuerzos, para con San Blas,
como guía y estandarte, celebrar este evento que contiene un cóctel infalible y
muy difícil de igualar, compuesto por festeros y festeras, tradición, arraigo
pólvora, arcabuces, espiritualidad, constancia y sobre todo el principal
ingrediente, pasión por vestir los colores de la fila elegida, para participar
en este acontecimiento.
Por lo tanto un año más el barrio de San Blas, va a
demostrar para orgullo de Alicante, que sus moradores comparten esta tradición
y la llevan a efecto con el máximo rigor, celebrando año tras año y cada vez
mejor y con mayor participación popular, estas fiestas de moros y cristianos,
que tanto enriquecen la cultura e historia de nuestra ciudad.